Durante los primeros temas,
Catarata (el grupo) establecen su propuesta sonora.
Elphomega no rapea encima de una base de rock al uso, típica de estos encuentros entre universos paralelos, fluye sobre una amalgama de texturas sonoras que propone
Piti Elvira, miembro de los siempre en continua evolución
Standstill.
"Catarata" (el disco) es tranquilo pero con vitalidad, es onírico pero no somnoliento. En él se suma el buen hacer de Elvira, un músico ajeno al rap, con las habituales semicrípticas letras de Elpho, un rapero que no tiene ni puta idea de solfeo pero que tiene clarísimo como quiere sonar. El resultado lógicamente no chirría y podría verse como la evolución lógica de
"Phantom Pop" (2011).
Encontramos incluso tres estribillos cantados para que Elphomega respire un poco, y un tema con mas afán experimental como es
"Otro bache".
También hay hueco para tres temas instrumentales,
"Corriente" (uno y dos) y
"Placa de Petri", que nos lleva con su Hammond al ecuador del LP que, pese a contar con 13 tracks, dura apenas media hora, hecho que te obligará a ponértelo cuatro veces del tirón. Es un disco para descubrir poco a poco, la primera escucha es solo una toma de contacto, suena ligero pero no nos lo van a poner fácil.
A destacar
"Cthulheo", que es el tema más rockero y a la vez el que más suena a rap junto con
"El galgo", un blues con un riff de guitarra que dan ganas de tener durante horas en loop. Quizá son los temas menos representativos del sonido de Catarata pero son los que más gustarán al público no moderno. El resto, los modernos, a partir de ahora no podrán volver a escuchar Delafé y Las Flores Azules.